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CAMISEA FOR DUMMIES

15 May 2010

Artículo de José Alejandro Godoy
(Desde El Tercer Piso)
Seguramente habrá visto, dilecto lector, toda una serie de titulares acerca del tema de Camisea, su explotación y su posibilidad de salida para la exportación.Y seguramente, como yo, debe haber estado perdido entre tanto número, ida y venida, lenguaje jurídico, político e ideológico de por medio.

Así que, para tratar de entender todo este lio, he estado revisando lo que se ha dicho en varios medios sobre la materia. Lo que viene a continuación es una revisión de posiciones a partir de lo dicho en Economía de los Mil Demonios (ver aquí y aquí), Gestión, Perú.21, La República, Poder, el Instituto Peruano de Economía, Peru Económico y el Utero de Marita, así como lo que Rosa María Palacios ha señalado en su cuenta en Twitter.

¿CUAL HA SIDO LA HISTORIA DEL PROYECTO CAMISEA?

En 1984, la empresa Shell, que venía haciendo labores de exploración de petróleo, descubre los yacimientos del gas de Camisea. En 1986, la empresa procura negociar con el gobierno de ese entonces, es decir, el primer gobierno de Alan para poder hacer las labores de explotación del recurso y están en tiras y aflojas hasta 1988, cuando el Estado peruano finalmente le dice a Shell que no negociarán.

El motivo formal que el gobierno de Alan I tuvo en ese momento para no firmar era que no había mercado interno para el gas y que no había el contexto internacional para que Shell pudiera obtener el financiamiento para explotar el gas. Pero muchos recuerdan la oposición fuerte de Izquierda Unida para que se explote el gas. Ya se imaginan los términos que iban de “entreguismo” para abajo. Y claro, un Alan debilitado ya para 1988, con el fiasco de la estatización de la banca encima, ya no quería comprarse más líos. Esta posición de la zurda ha sido un fantasma en este caso, dado que muchas de las decisiones tomadas sobre Camisea en las décadas siguientes tienen que ver con la posibilidad de un nuevo boicot al proyecto.

Con Fujimori, se retomaron las negociaciones, Shell explora pozos e invierte plata. Pero finalmente en 1998 abandona el proyecto. ¿El motivo? La empresa holandesa comenzó a poner una serie de peros y, además, prefirió un proyecto importante en Europa en alianza con una empresa rusa. Así fue que el Estado peruano tuvo las manos libres para negociar con empresas más pequeñas, que se unieron en un consorcio para sacar adelante el proyecto.

¿CUAL ES EL PROBLEMA ACTUAL CON CAMISEA?

El problema central es el destino final del gas de Camisea. De un lado, se plantea mandar todo hacia el mercado interno, para desarrollar nuevas formas de energía, industrias e integrar al sur del país. Del otro, se plantea que, además del tema interno, se exporte parte del gas hacia otros mercados que necesitan de energía, lo que nos podría generar, en teoría, más plata en el Tesoro Público. Coyunturalmente, el tema surge porque la exportación va a comenzar en junio de 2010.

Todo este tema tiene varias aristas a tomar en cuenta:

1. Camisea no es un todo integrado. Se trata de varios lotes y de un consorcio donde conviven empresas con varios intereses, muchas veces hasta contrapuestos.

2. El tema de las reservas: En lo que hay discrepancias dependiendo del medio y del actor involucrado es si existen reservas suficientes para garantizar el mercado interno del gas. Y aquí es bien difícil saber a quien creerle y a quien no, dado que si bien aún no queda muy claro si tenemos reservas suficientes, del otro también hay presiones por gas barato, sobre todo de empresas generadoras de electricidad. Eso se deriva del punto 1 (gas de distintos lotes, con precios diferenciados).

3. Presiones políticas: De un lado, el gobierno no quiere aparecer cediendo al toque en este tema “para garantizar un clima de inversiones” y todo el rollo que ustedes conocen. Del otro, tenemos a presidentes regionales en campaña electoral con miras a su reelección y que agitan una bandera radical en zonas del país donde eso da bastantes votos.

4. Un contrato inconveniente sobre la exportación: El tema de la exportación fue muy mal manejado en términos de contrato (en el gobierno de Toledo, por cierto). De hecho, se hizo una negociación así porque no se sabía la dimensión de nuestro mercado interno, por una serie de errores. La gente del IPE lo explica mejor:

Funcionarios del gobierno peruano firmaron y renegociaron un contrato de exportación de gas que, en las circunstancias actuales, es claro que no le conviene al país. No era así de evidente en su momento, cuando se dudaba de que hubiera suficiente demanda local para justificar una inversión tan importante. No obstante, pensamos que estas dudas reflejaban en buena parte un inadecuado entendimiento de la demanda y una pobre proyección de las posibilidades futuras del mercado, las que se plasmaron en una inadecuada política energética. Además, el pobre diseño original de Camisea generó graves distorsiones en el mercado eléctrico. La tributación a los combustibles más contaminantes tampoco contribuyó -ni contribuye- a incrementar la demanda de gas. Estos factores, entre otros, agravaron la percepción de la relativa pequeñez de la demanda interna, relativa a las reservas de gas.

A los precios internacionales actuales del gas, el contrato es aún menos favorable para el país de lo que algunos de sus detractores sospechan. El precio del gas exportado en boca de pozo y, por tanto, las regalías pagadas al Estado, sería hoy menor al precio (y las regalías) que se pagan por otros usos del gas. Estimamos que, a US$4.1/MMBtu, el precio al que los futuros del gas se cotizaban esta mañana en el mercado americano, el operador del proyecto de exportación estaría recibiendo menos que el precio que requiere para recuperar su inversión. En estas condiciones, los socios y financistas actuales del consorcio exportador tampoco estarían felices con los resultados del contrato, pero al haber invertido ya US$3,800 millones, les parece más ventajoso seguir adelante con la operación. Este hecho deja en claro que, independiente de la calidad de la negociación del contrato, a los inversionistas no se les dio una perita en dulce, sino un proyecto de alto riesgo con elevada inversión. Quizás habría hasta algún inversionista a quien le gustaría que Pampa Melchorita estuviera en un país más inestable: los expropiarían, acudirían a tribunales internacionales y zafarían del bulto, todo pagado por el gobierno peruano.

5. La pateada de tablero: Justo por este tema de la inversión, por candados legales y por la posibilidad de que nos lleven a un centro internacional de arreglo de diferencias comerciales en el que perdamos, es que patear el tablero – es decir, mandar el contrato al diablo – no nos conviene. Una cosa es que seinvestigue si hubo algo irregular, tonto o delictivo por parte de quienes negociaron y otra zurrarse en el contrato. De allí que haya que explorar otras salidas.

¿QUE SALIDAS TENEMOS?

Una es la solución que viene explorando el gobierno: declarar el mercado del gas en emergencia, para poder intervenir en él mediante la compra de este hidrocarburo a las empresas explotadoras del gas a precios internacionales. Luego el Estado le vendería a las empresas distribuidoras del producto para que lo distribuyan en el mercado interno, sobre todo en el sur.

Más allá de cuestiones ideológicas sobre si debe hacerse o no este tipo de intervenciones, el principal obstáculo estaría en que el MEF no tendría mayor sustento para avalar una medida como esta, en tiempos en que acabamos de recortar el gasto fiscal para evitar que nos afecte la crisis griega.

La otra salida es renegociar el contrato. El tema es que ya dos veces se ha intentado hacer esto con la consiguiente negativa del consorcio, en parte porque no le conviene – como ya vimos -, en parte por los lios internos de las empresas del consorcio. De allí que la propuesta del IPE de incorporar a los organismos multilaterales que financian el proyecto para poder forzar una renegociación me parezca, al momento, la salida legal más viable para poder desenredar un lio que, como vemos, tiene muchas aristas por resolver.

Y espero que así hayamos podido comprender este “bonito” lío en el que estamos metidos.

MAS SOBRE EL TEMA:

Mil Demonios te explica quien es cada actor en toda la cadena de producción en Camisea